martes, 2 de agosto de 2011

MENOS MAL QUE ACABO JULIO

Si, menos mal que ha acabado Julio, y mira que así falta menos tiempo para volver al cole pero es que no ha sido un mes muy "simpático" con nosotros.
No sólo porque durante julio, Mario sigue con sus logopedias, fisioterapias, sicologias... y eso nos obliga al resto de la familia a seguir levantándonos tempranos, a tener tardes ocupadas... no, eso no nos importa, porque todos queremos mucho a Mario.
El motivo de que este mes de Julio lo recordemos un poco mal es por la cantidad de veces que hemos tenido que ir al médico y con los sustos que nos hemos llevado.
Comienzo nuestro relato de cosas que nos ha pasado este mes.
Por lo pronto, cogimos un virus de gastroenteritis casi toda la familia; para Mario, Claudia y mamá fue más suave, para mi un poco peor, y para mi padre fue el peor ya que estuvo fatal, vamos, que se pasó dos días en el cuarto de baño.
Cuando ya habíamos pasado el virus, el lunes 18, primer susto. A la hora de almorzar, estábamos jugando Mario y yo, cuando Mario salió corriendo, no controló bien y se golpeó con el mueble del salón. Se quedó sentado en el suelo, con la mano puesta en el ojo. Cuando mi padre, que lo había visto todo, le quitó la mano, tenía mucha sangre alrededor del ojo. Toda la familia corriendo para urgencias. Menos mal que no fue nada. Un punto de sutura en la ceja y otro de aproximación en el párpado (menos mal porque nos dijeros que si no se le cerraba así tenian que cogerle punto de sutura en el párpado). Mario se portó como un campeón.
Cuando todavía a Mario no le habían quitado el punto, el lunes 25, nos llevamos el susto más grande. Os cuento. Nos fuimos a la playa después de comer. Llegariamos sobre las 6 menos cuarto más o menos. Como Mario y Claudia estaban jugando en la arena, papá se vino a jugar al agua conmigo. Él siempre me sube en los hombros de pie para que yo me tire. La verdad es que soy un experto, he aprendido bien en la piscina, y soy yo el que enseña a tirarse a Nené a la piscina, por ejemplo. El caso es que me tíré, y no se como porque estábamos bastante dentro en el agua, me di con el suelo en la cabeza. Salí del agua, y mientras me agarraba la cabeza le dije a mi padre lo que me había pasado. Papá me cogió y me dijo que me tranquilizara, pero mientras andaba con él para salir del agua, pues perdí el conocimiento. Menos mal que mi padre me llevaba agarrado. Mi padre se asustó mucho cuando de momento me dejé caer en sus brazos y cerré los ojos. Fue solo unos segundos, aunque para mi padre fue eterno. Comenzó a pedir ayuda para sacarme del agua y se acercó un hombre, el cual al acercarse me echó agua en la cara y me desperté. Nada más despertarme el hombre me preguntó que como me llamaba y que sí sabia lo que me había pasado. Yo le respondí que me llamaba Agustín y que me habia dado con el suelo. Todo esto ocurrió estando dentro del agua. Salí de ella por mi propio pie y fui con mi padre hasta la sombrilla. De ahí avisamos a los socorristas quienres me llevaron en una furgoneta hasta el puesto de salvamento. Yo iba bien, bueno, muy asustado. La doctora del puesto de salvamento le dijo a mi padre que lo mejor era que me llevaran al hospital de Cádiz, por si tenían que hacerme un TAC (yo no sabia lo que era) o una radiografía. Estando allí me dio un poquito de náuseas. Mi padre me dejó con la doctora y fue a buscar a mis hermanos y a mi madre y trajeron el coche. Mis hermanos estaban llenísimos de arena y así se tuvieron que montar en el coche. De inmediato me llevaron al hospital. Allí tuve que contar lo que me había pasado, me tomaron la tensión, me oscultaron, me miraron la garganta, los oidos, me movieron el cuello y me realizaron unas pruebas neurológicas a las que respondí perfectamente, pero aun así, me tuve que quedar en observación a ver como evolucionaba, porque si tenía mareos o vomitaba o me dolía la cabeza, me tendrían que hacer un TAC. Yo me encontré bastante bien. La tarde-noche la pasé charlando con mi padre y mi madre. A las 2 y media de la mañana, me desperté y sentí un poco de fatiga y me dolía un poco la cabeza. Me tuve que levantar a vomitar pero me quedé ya más tranquilo y se me quitó el dolor de cabeza. Yo creo que fue de los nervios que había pasado. Ya el resto de la noche la pasé durmiendo. A la mañana siguiente me dieron zumo y después un desayuno, para ver si lo toleraba bien, y no tuve problemas. Sobre las 12 y media me volvieron a repetir las pruebas neurólogicas y a revisarme otra vez y me dieron el alta, pero con observación domiciliaria hasta que trasncurrieran las 24 horas después del golpe.
Yo me encuentro bien, ha pasado ya más de una semana y estoy estupendamente, dando la lata como siempre, pero después del susto que le dí a mis padres, yo creo que les encanta que le dé la lata,jajajajajaja.
Así que ya veis, un mes de julio de sobresaltos.
Esperemos que este mes de agosto sea más tranquilito y podamos irnos mucho a la playa que en el mes de julio apenas hemos ido cuatro veces.
Besos a todos