UN ANGEL EN EL CIELO

Hola

Hoy no os va a escribir Agustín como es habitual, hoy os voy a escribir yo, su papá.

Es triste lo que os quería contar por lo que me parece que es mejor que lo haga yo.

Finalmente, el embarazo de Eva no va a llegar a buen término.

El domingo había cumplido dos faltas y parecía que todo iba bien, pero ayer desde por la mañana temprano, comenzó a sangrar. Acudimos al hospital y nos atendieron dos residentes quienes no dieron mucha importancia al sangrado. En la ecografía aparecía, incluso, el latido. Nos dijeron que Eva hiciera reposo y que volviéramos en 8 días para una nueva eco.

Sin embargo, nosotros no nos quedamos muy tranquilos, y como hoy precisamente teníamos la primera cita con el Dr. Julio Sancho, que era el doctor que habíamos elegido para que nos llevara el embarazo, decidimos acudir a pesar de que nos habían prescrito el reposo.

El Dr. Sancho, una bellísima persona al que no conocíamos, nos atendió de maravillas. Tras hacernos el historial, le comentamos el problema del sangrado. Al hacernos la eco, nos cofirmó que no había latido y que había poco líquido amniótico. Como os imaginais nos hemos llevado un fuerte golpe.

El Dr. Sancho nos ha tranquilizado y nos ha dado muchos ánimos. Mañana temprano, le practicará a Eva el legrado.

La verdad es que nos sentimos muy mal.

Para mí el pequeño ser que estaba creciendo en la tripita de Eva, no es un embrión, es un hijo, es una vida, y ahora nos vemos privado de ella. Hoy, más que nunca, no puedo creer que alguien pueda decidir abortar, ¿no sienten la vida dentro de ellos?

No sabíamos, ni sabremos, si era niño o niña, si rubio o moreno, si era o no sindrome de down como esta misma mañana nos decía Agustín. Lo único que sé es que era nuestro, como Agustín y Mario.

No tenía nombre todavía, aunque, si era niño, había muchas posibilidades de que se llamara Ángel. ¿por qué? no lo sé. Las cosas pasan sin saber porqué. Lo único que sí se es que si en el futuro hay otro bebé en nuestra pequeña familia, no se llamará Angel.

Tan duro como decirle a Eva que Mario era sindrome de down ha sido decirle a Agustin que ya su pequeño hermanito no iba a nacer. Se lo he dicho en el coche, al recogerlo del colegio. No me esperaba su reacción. Se lo quise decir suavemente, le dije que mamá ya no iba a tener el bebé, que Dios lo había elegido para ser uno de sus ángeles allá arriba en el cielo. Él se ha enfadado, comenzó a decir que no era justo, que todo lo malo le ocurría a él. Yo le dije que Dios lo había querido así, que su hermanito iba a ser un ángel, pero él no se lo ha tomado muy bien y decía que a partir de mañana no iba a rezar en el colegio. Menos mal que después, cuando almorzaba, Eva le ha ido hablando diciéndole que no todo lo malo le ocurre a él, que su tata Mariángeles también tuvo en la barriga dos pequeños que también fueron ángeles, y que sus amigos Victor y Juanma, también. Yo creo que se ha quedado más tranquilo.

Echaremos de menos como Mario le daba besitos en la barriga a Eva y como Agustín le decía a Eva que abriera la boca para hablar con el bebe.

En fin, mañana nos tocará sufrir todo el día. Si todo sale bien mañana a la hora de comer estaremos en casa.

Nos tendremos que reponer de este golpe, porque después de mañana, vendrá otro mañana, y otro, y otro... y hay que seguir luchando y viviendo, y vendrán nuevas alegrías aunque hoy las veamos lejanas.

Gracias a todos.